Podría decir que todo comienza con las directrices que marca la
filosofía del mismo emprendimiento (político, mercantil, religioso,
artístico, cultural, etc.): Misión, Visión, Objetivos Generales y
Específicos y se pule en el practicum de la acción para finalizar
-y volver a comenzar- justo en la evaluación de la comparación entre
las variables (metas) y los resultados fríos y concretos que van de lo
tangible a lo intangible y poder así corregir las estrategias. La
planeación es la cartografía, el director es el que mantiene a flote y
el controlador es el que evita que se desvíe la nave y llegue en tiempo y
forma. Todo en proceso de retroalimentación constante.
Schröder, Peter. Estrategias políticas. Ed. Fundación Friedrich Naumann, 2004
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